Hoy hablamos de los cavas para el sosiego, la meditación, o el encuentro. La profundidad de aromas, y el peso de su cuerpo nos invita a pensar, a compartir en silencio. Hasta 15 años puede llevar un cava criando, con sus lías, en el fondo mudo de la bodega.
En una visita a Cavas Gramona (www.gramona.com), me encontré con Toni Pérez, del Departamento Comercial de la bodega, buen amigo, con el que compartí sensaciones, y reflexiones ante una botella de Celler Batlle con 7 años de crianza.
Y fue toda una experiencia que me gustaría compartir con vosotros, a través de las siguientes notas:
· Cava de burbuja integrada, fina, finísima, con justa fuerza carbónica, de colores dorados oscuros, muy brillante, limpio y con fuerza glicérica. Gran fluidez, y densidad en la copa.
· En la nariz, aromas muy limpios, frutos secos, bollería, pan de nueces, flores secas, manzana asada; complejo y sutil, pidiendo soledad y reflexión.
· Una boca poderosa, con mucho cuerpo, con peso en boca, pero ligero por la buena acidez que le acompaña.
· Burbuja refrescante, no molesta, y un final largo y poético, como marchito por el tiempo. Una gozada.
Acérquense a estos vinos para disfrutar de una velada serena, en buena compañía, con una carne blanca, especiada, como vino principal de la cena, y les aseguro que repetirán.
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