El Blog del Aula para la Difusión de la Cultura del Vino es un espacio abierto, independiente y plural, lugar de encuentro que sirva para aumentar el disfrute de los sentidos frente al vino, ampliando nuestros conocimientos, y construyendo nuevas opiniones.
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miércoles, 18 de agosto de 2010

CASONA MICAELA: EL VINO EN CANTABRIA

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Con Carlos Recio, director de la bodega, junto a los viñedos cántabros de Riesling.

Los paseos entre viñas, ladera arriba y abajo, cogiendo uvas frescas de las parras hablando de vinos, era un placer que los cántabros, debíamos disfrutar fuera de nuestra tierra. Y lo digo en pasado, porque esto está cambiando. Hace unos días tuve la fortuna de recorrer las viñas de Casona Micaela.

Dominando el Valle de Villaverde, formado por el río agüera en la zona de Trucios se yergue arrogante, un viñedo heredero de las antiguas tradiciones vinícolas cantabras. Entre las cepas y los linderos, caminamos junto a Carlos Recio, director técnico de la bodega que nos acompañó toda la jornada, y nos hizo participes de los secretos de la bodega.

Nos descubrió unas cepas de Riesling que me sorprendieron por su magnifica aclimatación al terruño cántabro. Esta variedad de latitudes frías, muestra aquí un vigor impropio de zonas tan alejadas del Rhin. Sus uvas doradas y brillantes, fruta concupiscente que evoca días de vino y rosas.

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Tras el paseo nos asomamos a la bodega, en pleno corazón del pueblo de Valle de Villaverde. Tierra conquistada al señorío de Vizcaya, tierra ahora dominada por las cepas y el trabajo honesto, sereno y fiel. En la bodega lo mejor, lo mas nuevo, acero y madera, marrón y negro.

Sentados en la coqueta mesa de cata de la bodega nos enfrentamos a las añadas 2007 y 2008.

Casona Micaela 2007 dorado con tonos verdosos, limpio; fruta tropical, piña, manzana verde, hierba húmeda en la nariz, cierto verdor que antecede una boca amplia, con buena acidez, alegre y con un cierto amargor en el retronasal que nos indica lo difícil de la añada. Un año lluvioso y de poco sol. Un vino que nos habla del momento de vendimia y lo duro de ese año.

Casona Micaela 2008 dorado intenso, glicérico, limpio y fluido. Aromas nítidos a flores blancas, te blanco, manzanilla, fruta con hueso; Boca carnosa, con cuerpo, maduro y calido, algo más de acidez no le vendría mal. Retrogusto a flores. Vino de año soleado para disfrutar ya.

Es Casona Micaela un vino de finca, un vino de cepas altas, erguidas y arrogantes. Un vino de hombres recios, orgullosos de un terruño. Un vino que abre camino, un vino distinto. Un vino que domina el valle y sale al encuentro de un futuro espléndido.

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