BODEGAS OCHOA

Entrar en una bodega es como entrar en casa ajena, recibir al desconocido y entregarle todo lo que tienes, es signo de grandeza de espíritu.

Bodegas Ochoa abrió las puertas de su bodega y mucho más, al Aula del Vino. Javier Ochoa el señor de la casa, nos acompañó al viñedo y nos descubrió sus terrenos pobres, los avances de la técnica, el respeto a las tradiciones. Con Javier descubrimos las magnificas fincas de Tempranillo, de Moscatel y Graciano. Hablamos de otros tiempos, de tiempos de penurias, de retos conseguidos, de ilusiones cumplidas.

Javier Ochoa su pasión, la viña y su familia.

Hablamos con Javier Ochoa de las raíces de una tierra navarra que tira del hombre hacia su más profundo sustrato. De lo esclavo que es el campo, pero de los regalos que ofrece. Del respeto a su tierra y de su amor a la familia, del cambio generacional y de las nuevas riendas.

Adriana Ochoa, savia nueva en Bodegas Ochoa.

Hablamos de Adriana y Beatriz, sus hijas, orgullo de padre, orgullo de bodeguero. Adriana enóloga y responsable de bodega nos habló de la importancia de la salud de los frutos, del terroir, de la diferencia, de la calidad.
Nos enseño sus barricas americanas, francesas, húngaras, de sus tanques de acero y de sus proyectos de futuro. Pero sobre todo nos hablo de sus vinos, de la elegancia de su tempranillo, de la feminidad profunda de su Graciano, de la suave dulzura de su Moscatel de grano menudo.
Adriana nos transmitió su pasión por el vino y su ilusión por Bodegas Ochoa.
Beatriz directora de marketing de la bodega nos habló de los nuevos mercados, de la nueva imagen de firma, de proyectos y metas.
Mariví, la madre, desde la distancia lo veía todo, la consultaban cualquier detalle y como una madre protectora observaba que nada fallara, que si algo necesitaban, estaba ahí.

Mariví, Adriana, Beatriz, y Javier, el alma de Bodegas Ochoa.

En Bodegas Ochoa hablamos de vino, pero sobre todo hablamos de ilusión y respeto a un proyecto de vida, y a una familia.

Os dejo unas notas de cata de Ochoa crianza Finca Santa Cruz 2007, una excelente opción para los que buscan la mejor relación calidad-precio.

Rojo cereza intenso de capa media-alta, glicérico, fluidez media, limpio y brillante. Aromas iniciales a fruta roja en licor, regaliz, menta, chocolate, coco, elegante tratamiento del roble bien integrado. Boca carnosa, de buena acidez, llena de fruta roja, envolvente con excelente recuerdo a fruta en el postgusto.

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